Imagina una orquesta donde cada instrumento tiene su función, pero todos tocan en armonía. Así trabajan detección, alerta, supresión/contención y evacuación en un sistema de protección contra incendios bien diseñado.
1) Detección
Un detector percibe humo o calor. Esta señal inicia el resto de acciones de forma automática o supervisada.
2) Alerta
La alarma se activa para avisar a todas las personas presentes: bocinas, estrobos o mensajes de voz indican evacuar.
3) Supresión / Contención
Si el fuego crece, se activan rociadores o se emplean extintores cuando es seguro. En paralelo, la protección pasiva (puertas y sellos cortafuego, materiales RF) sectoriza el incendio y limita el humo.
4) Evacuación
Las personas siguen rutas de evacuación señalizadas hacia puntos seguros, apoyadas por iluminación y señalética visibles.
Mantenimiento: el director de la orquesta
Para que esta “orquesta” funcione cuando más la necesitas, el mantenimiento regular es crucial. Un sistema inoperante equivale a no tener protección.
- Pruebas periódicas de detectores, alarmas, paneles y comunicación con monitoreo.
- Inspecciones de bombas, válvulas, presiones y pruebas de flujo en rociadores.
- Verificación de puertas/sellos cortafuego y reposición de integridad tras obras.
- Señalización e iluminación de emergencia funcionales y visibles.
- Capacitación y simulacros para que todos sepan cómo actuar.
La sinergia entre componentes activos y pasivos, sumada a una adecuada operación y mantenimiento, maximiza la protección de vidas, activos y continuidad del negocio.